viernes, 13 de julio de 2007

[Pelis] Crítica de Transformers


La guerra entre los Decepticons y los Autobots llega por fín a la gran pantalla. ¿Es esta película lo que todos estaban esperando?





Transformers es una película que puede definirse con una sola palabra: espectacular. A pesar de que se ha intentado meter una historia bastante sólida - teniendo en cuenta que es una película basada en juguetes y comics - y mucho sentido del humor, los increíbles efectos especiales eclipsan el resto de elementos.
La aparición de Shia Lebouf, con una interpretación bastante buena de pardillo que intenta ser “cool”, ha levantado cierta expectación desde que se supo que encarnaría al hijo de Indiana Jones. No obstante, está claro que ninguno de sus intérpretes ganará un Oscar por su papel en esta producción de Steven Spielberg. Aunque lo cierto es que el film tampoco lo pretende.
Transformers es una película de acción que busca entretener y sorprender. Por eso, en Pelis y Series pensamos que esta película debe puntuarse utilizando un rasante distinto a otras más... profundas. Una película de Woody Allen no nos va a ofrecer lo mismo que esta mastodóntica producción, y eso es algo que todo el mundo sabe antes de ir al cine.
Debido a esto, el espectador que vaya concienciado a las salas a ver una película de acción y poco más saldrá plenamente satisfecho.
La escena de acción final será largamente recordada por ser una de las más apoteósicas de la historia reciente del cine, una mastodóntica coreografía de destrucción en una megaciudad llena de gente mientras numerosos robots gigantes reparten leña a diestro y siniestro arrasando con todo lo que encuentran a su paso. En definitiva, todo lo que los fans de los muñecos de Hasbro, de los comics en los que se basa la película o de los seguidores de los Mechas en general habían esperado ver en la gran pantalla.
También es de agradecer que no hayan hecho de este largometraje un panfleto proamericanista, como tienden a hacer las superproducciones de catástrofes. Aunque la historia transcurre en el país del dólar, el ejército lucha más para salvar a su país y su propio pellejo que para liberar al mundo de una opresión de sádicos superrobots. Esto hace que la sociedad americana no se refleje en pantalla como la típica divinidad protectora de la Tierra, sino como una superpotencia armamentística que utiliza toda su artillería para proteger a su país de una invasión.
Es cierto que Transformers podría haber sido una mejor película. Quizás una duración algo menor y una mayor profundidad en la historia de Sam, el personaje principal, habrían podido hacer de Transformer una película totalmente redonda. Pero nos basta con el resultado final.
¿Para cuando la segunda parte?



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