Aquí os dejamos nuestra crítica de la segunda entrega de las nuevas aventuras de Scofield y Burrows.
Nuestros protagonistas ya han comenzado a tomar posiciones. T-Bag se ha puesto al servicio del Lechero, el preso que ha tomado el mando en Sona; Bellick ha pasado del escalafón más bajo de la prisión ha adquirir ciertos privilegios (ropa, comida) al darle información importante al mandamás; y Mahone ha decidido mover ficha para salir de allí sacando a Whistler de su escondrijo bajo la creencia de que si lo encuentra podrá salir de Sona.
Whistler, un nuevo personaje fundamental en la trama, mató al hijo del alcalde de la ciudad y - por lo visto - tiene cierta conexión con La Compañía. El alcalde dará la libertad a aquél que lo encuentre o acabe con él, o al menos eso es lo que ha dicho el Lechero. Por este motivo Whistler había permanecido escondido, comiendo ratas y bebiendo agua de alcantarilla. Como he dicho, Mahone lo ha sacado de su escondrijo para comprar su libertad... una pena. Creo que lo de mantener a Whistler escondido podría haber dado más de sí si hubieran esperado un par de capítulos.
Como Michael tiene que asegurarse de que Whistler salga vivo de Sona, ahora comienza una lucha constante por evitar que éste muera. De lo contrario, Sara y L.J. morirán a manos de La Compañía.
Fuera de los muros de la prisión, nos encontramos con un Lincoln que - además de músculos y buen corazón - tiene cerebro. Sin saber porqué, La Compañía está interesada en una guía para pájaros que Whistler había guardado en la caja fuerte de un banco. Con el truco de meter el papel en los bolsillos de los dos contedientes de la pelea que vimos en "Orientación", su supuesta mujer ha conseguido saber dónde se encuentra lo que Whistler quiere ocultar por todos los medios.
Lincoln le arrebata la guía a la mujer, y engaña a la "negociante" de La Compañía dándole un ejemplar falso de la misma. Una inteligente estrategia que nos demuestra que, aunque no esté en prisión, Lincoln tiene que ser tan precavido como su hermano. La sombra de La Compañía es muy larga y sus ojos y oidos pueden estar en cualquier lugar.
Por último, vemos la reaparición de Sucre. En "Fire/Water" respiramos al fin tranquilos sabiendo que Mari Cruz está sana y salvo en Chicago. A pesar de que en un principio iba a dejar tirado a Michael - después de todo lo que hizo por él -, finalmente decide quedarse y ver lo que puede hacer por él, ya que si vuelve con Mari Cruz sólo conseguiría hacerla una desgraciada el resto de su vida.
En cuanto a los sucesos ocurridos en la carcel, no hay nada digno de especial mención que no haya dicho ya. Se palpa la tensión y la angustia de la primera temporada, sí, pero aún no ha alcanzado los niveles que vimos en los comienzos de la serie.
Tiempo al tiempo, porque van por el buen camino.
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martes, 2 de octubre de 2007
[Series] Crítica de Prison Break, T3E2: "Fire/Water"
7'5