martes, 6 de noviembre de 2007

[Series] Crítica de Supernatural T3E2: "The kids are alright"


Hemos visto el espectacular segundo capítulo de la tercera temporada de Supernatural. ¿Quieres saber qué nos ha parecido?





Sencillamente genial, uno de los mejores capítulos de la serie en bastante tiempo. La clave de su calidad es el miedo, y ese sabor a los primeros capítulos de la serie. Menos acción, y más investigación junto con más momentos tensos y terroríficos.
Además de eso, nos van llegando respuestas y - sobretodo - nuevas preguntas sobre una trama que parecía estar acabada: la del demonio de los ojos amarillos. La nueva cazadora resulta ser un demonio que quiere ayudar a Sam, aunque los motivos de su generosidad parecen ser de todo menos desinteresados. Además, ella podría ser la clave para que su hermano Dean se salve del pacto que realizó con otro demonio al final de la segunda temporada.
La historia en este "The kids are aright" se centra en una pequeña urbanización llamada Cicero Pines donde muchas familias viven pacíficamente, salvo por un pequeño detalle: los accidentes domésticos no paran de aumentar.
Al poco, nuestros protagonistas descubrirán que los niños del pueblo están siendo suplantados por unos demonios que, a pesar de tener su mismo aspecto, son la mar de repelentes y espeluznantes. Los niños/demonio están matando a todos aquellos que se interponen entre ellos y las madres de las criaturas originales, lo que se traduce en que muchos padres y niñeras están muriendo en extrañas circunstancias. Los demonios drogan por la noche a las madres para que se suman en un sueño profundo y, entonces, les succionan poco a poco la vida mordiendoles el cuello.
La única forma de matarlos es pegándoles fuego pero, aunque todos nos esperábamos una hoguera de niños que hubiera escandalizado a unos y encantado - sabiendo que son demonios, claro - a otros, al final todo se resuelve quemando a una mujer adulta que resulta ser la jefa de todos.
Afortundamente, todos los niños "de verdad" habían sido escondidos en una casa abandonada para que la ya mencionada jefa pudiese alimentarse de ellos.
La anécdota más graciosa es que, entre todos los niños, había uno que parecía ser hijo de Dean y de una antigua novia que tuvo hace 8 años, justo la edad del chaval. Además, Ben - que así se llama el niño - viste de la misma forma que Dean, le gusta la misma música y tiene la misma forma de hablar. Aunque al final descubrimos que no es el hijo del protagonista, lo cierto es que a Dean parece que no le hubiera desagradado la idea de tener un hijo así. ¿La cuenta atrás que le quitará la vida está hablandando al tipo duro de la serie?
Lo único malo de este episodio ha sido la repentina "iluminación" que tuvo Dean para encontrar la casa, y lo pronto que derrotaron al malo de turno. Pero aún así, estas dos pegas no empañan un capítulo que debería ser el ritmo y el estilo a seguir para todos los que vengan detrás, que esperemos sean muchos.

8'5