Por fin. La cuarta temporada de Perdidos ya ha comenzado. Hemos visto el primer capítulo, y estas son nuestras impresiones.
Admitámoslo. Este "The beginning of the end" ha empezado a lo bestia, con un montón de sorpresas, más flashforwards, nuevos personajes, Jacob... Podemos decir que, a diferencia de los comienzos de las anteriores temporadas, éste ha sido un capítulo para avanzados en la materia. Aquellos que no hayan seguido la serie con religiosa regularidad no entenderán la mitad de las cosas, y esto no pasaba con las otras temporadas. Eso tiene una parte positiva y una negativa. La parte buena es que se han dejado de tonterías y han ido directos al grano, la negativa es que los no iniciados tendrán serias dificultadas para entender todo lo que pasa en pantalla. Pero esto les brinda una oportunidad perfecta para que se enganchen a la serie desde el capítulo uno de la primera temporada y disfruten en su totalidad de una de las mejores series de todos los tiempos.
Pero vayamos al asunto. El capítulo comienza con un flashforward basado en Hurley y Jack, antes de que éste último se dé a las drogas y desee estrellarse de nuevo en la isla de los misterios. Hurley corre a toda pastilla, huyendo de la policía, con un coche deportivo. Cuando los agentes de la ley lo atrapan, nuestro protagonista grita dos frases que se nos han quedados a todos grabadas en la mente: "¿no sabeis quién soy?, ¡soy uno de los seis de Oceanic!"
Los seis de Oceanic, los seis supervivientes que consiguieron salir de la isla y volver - dentro de lo que cabe - a su vida anterior. De momento sabemos que Jack, Kate y Hurley consiguieron escapar. ¿Quienes son los otros tres? Se admiten apuestas.
Cuando Hurley es llevado a comisaría, le enseñan un video en el que vemos como Hurley está tranquilamente comprando en una tienda y, de pronto, algo que ve hace que se vuelva loco y salga corriendo. Finalmente, por petición suya, es ingresado en un centro psiquiátrico. Allí recibe tres visitas.
La primera es la de un supuesto trabajador de Oceanic que le ofrece llevarle a unas instalaciones mejores. Pero pronto descubrimos que no es quien dice ser, y Hurley pide que se marche. Antes de que el extraño abandone la habitación le hace una pregunta que ha disparado todo tipo de suposiciones: "¿Siguen vivos?". Se refiere a los que dejaron allí, está claro. Pero, ¿por qué ese hombre sabe lo de la isla pero no sabe si sus habitantes siguen vivos o no?, ¿forma parte de los del supuesto carguero de Naomi?, ¿acaso están nuestros protagonistas escondidos en algún lugar de la isla, y sólo los seis de Oceanic saben su ubicación? Si los que siguen en la isla están escondidos, puede que su escondite sea el secreto que Jack, Kate, Hurley y los otros tres quieren y deben proteger a toda costa.
La segunda visita es la del mismísimo Charlie. Admito que cuando lo vi mi cerebro intentó buscar todo tipo de explicaciones, pero pronto se aclaró el misterio. Charlie está bien muerto, tan sólo era una representación mental de Hurley para recordarse a sí mismo lo que tiene que hacer: volver a la isla y salvar a sus compañeros. Una escena que no tiene ningún desperdicio, y que contentará sobremanera a los fans del personaje interpretado por Dominic Monaghan.
La última es la de Jack que, en realidad, tan sólo se acerca para saber si su compañero va a hablar de ese misterioso secreto que los seis de Oceanic han de mantener. Lo curioso de esta escena es que en ese momento del futuro, o del presente - según se mire-, es que el médico no quiere ni oír hablar sobre volver a la isla. No obstante, en el último capítulo de la tercera temporada vemos a Jack en un futuro más lejano anhelando regresar, terriblemente apenado y arrepentido por haber realizado la llamada al carguero y por haberse marchado de la isla. ¿Qué habrá hecho que cambie de opinión?
Ya en la isla, nos encontramos con la sorpresa de que Naomi sigue viva y ha uido hacia la jungla. Jack, junto con Rousseau y Ben, sigue un rastro para encontrar a Naomi, mientras que Kate se lleva el teléfono y sigue otro más difuso, pero que parece ser el verdadero. La ex-convicta está en lo cierto y sufre las consecuencias. Naomi, tras arrancarse el cuchillo que tenía clavado en la espalda, le pone el arma en la garganta a Kate y la obliga a darle el teléfono. Finalmente, consigue ponerse en contacto con el carguero y les facilita las coordenadas exactas de la isla antes de morir desangrada en el suelo. El mal ya está hecho y no hay vuelta atrás.
Mientras, los de la playa se encuentran con Desmond, quien les cuenta el mensaje que le dejó Charlie antes de morir: los que vienen en ese barco no son quienes dicen ser. Así pues, se dirigen a la torre de radio para comunicar al grupo que deben estar alerta y no fiarse del grupo de desconocidos que se dirigen hacia la isla. A mitad del camino, Hurley se pierde y da - sin saber ni lo que es - con la casa de Jacob. Intrigado se acerca y se asoma por la ventana. Y ahí está, Jacob sentado en una silla y plenamente visible. De pronto, una segunda persona mira de frente a Hurley, haciendo que salga corriendo aterrorizado sin rumbo aparente. Acto seguido, Hurley se da cuenta de que vaya a donde vaya acaba volviendo a la casa. ¿Será esto lo que quería decir Ben con eso de "Jacob no es alguien a quien vayas a ver, sino alguien que te hace llamar?, ¿o, simplemente, otra alucinación de Hurley?. En esa frenética huida a ninguna parte, se encuentra con Locke, quien es consciente del peligro que corren si van al encuentro de los hombres del carguero de Naomi.
Finalmente, todos los grupos se reúnen al lado de la cabina del avión, donde vimos morir al piloto en el primer capítulo de la serie. Allí se muestran dos caminos a seguir: recibir a los extraños o esconderse en la llamada "Othersville" (la idílica villa donde vivían los Otros) y protegerse con las barreras sónicas que cercan el perímetro.
Jack, Kate, Bernard, Rose, Sayid, Juliet, Sun y Jin optan por la primera opción; Hurley, Locke, Sawyer, Claire, Aaron, Alex, Karl, Rousseau y Ben por la segunda.
Lo más destacable de la escena es, sin duda, el enfrentamiento entre Jack y Locke. Lo que nadie se esperaba es que Jack fuera capaz de intentar cumplir su palabra y matar al cazador si lo volvía a ver. Pero sí. Agarra la pistola de Locke y aprieta el gatillo para dispararle a la cabeza a bocajarro. Por fortuna, la pistola está descargada y nadie sale herido, o muerto. La cara de incredulidad de Locke no tiene precio, al igual que la actuación de Jorge García, quien nos ha demostrado que sabe hacer más cosas aparte de poner buena cara al mal tiempo. El momento en el que ha de dar el pésame a Claire, para luego soltar el discurso sobre quedarse o huir es uno de los mejores instantes a nivel interpretativo que esta serie nos ha brindado.
La última escena es la llegada de un hombre en paracaidas, compañero de la ya difunta Naomi. Habrá que esperar una semana para conocer su verdaderas intenciones.
En resumen ha sido un capítulo genial, intenso, arrollador. La única pega es lo forzado de hacer que todos los grupos acaben convergiendo al final del capítulo en el mismo punto de la vasta jungla que les rodea. Pero ese fallo o vagueza argumental no empaña para nada el resultado final.
Esta temporada promete, y no ha hecho más que empezar.
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domingo, 3 de febrero de 2008
[Series] Crítica de Lost, T4E1: "The beginning of the end"
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Publicado por Pjehmaster en 15:54
Etiquetas: Pelis y Series informa, Series