Debido al retraso que llevamos con las críticas de la cuarta temporada de Perdidos, desde hoy hasta el miércoles iremos publicando nuestra crítica de los capítulos 5, 6 y 7. Para leer la crítica de The constant, pulsa sobre "Sigue leyendo".
El capítulo 5 es un capítulo de Desmond, no hay más que decir. Todos sabemos lo que ello conlleva: ciencia-ficción pero de la buena. Podemos decir que este The constant es uno de esos capítulos que hacen que esta serie sea tan genial. Sí, se aleja de lo convencional, de lo realista, pero se acerca - y mucho - a la soberbia calidad del capítulo final de la tercera temporada.
El episodio empieza con Sayid, Frank y Desmond en el helicóptero. Como si hubiesen atravesado una frontera invisible, el cielo se oscurece y se ven envueltos en una tormenta. En ese momento, la mente de Desmond viaja al pasado y se encuentra acostado en una cama, en el cuartel en el que recibió su instrucción militar. Como si los acontecimientos de la isla no fuesen más que un sueño, y el pasado fuese el mundo real, Desmond se ve incapaz de reconocer a Sayid, Frank y compañía. Poco a poco, y gracias a las explicaciones de Daniel a través del Walkie Talkie, Desmond descubre que debido a la exposición magnética que recibió cuando explotó el bunker y a las propiedades únicas de la isla, su mente estaba viajando al presente y al pasado constantemente. Lo malo es que eso ocurre cada vez con más frecuencia, y aquello puede acabar con su cordura y - lo que es peor - con su vida.
Así que el Daniel de la isla le dice que busque al Daniel del pasado para intentar buscar una solución. En esa reunión antológica descubrimos porqué Daniel tiene problemas de memoría: la continua radiación a la que se ve sometido por sus experimentos y la nula protección en su cabeza han hecho mella en su cerebro.
Allí también vemos que la frecuencia a la que Daniel ha de poner su máquina para que Eloise viaje al futuro es la 2342 (¿a alguien les suena?).
Daniel también le explica a Desmond que ha de conseguir un ancla, una constante que exista en el pasado y en el presente para que su mente deje de viajar en el tiempo. Como todos esperábamos, esa constante es Penelope.
Así que viaja en busca del padre de su amada para saber el nuevo domicilio de Penelope. El señor Widmore se encuentra en una subasta del cuaderno de bitácora de La Perla Negra, el barco que se encuentra en mitad de la selva, en la isla de los misterios, cuyo propieario es - ni más ni menos - que Tovard Hanso. Suponemos que ese tal Tovard es un antepasado del mil veces nombrado Alvar Hanso, dueño de la Fundación Hanso que - por lo que sabemos - está muy relacionada con Dharma. ¿Por qué esta Charles Widmore interesado en La Perla Negra o en Hanso?, ¿qué hay en esa bitácora?, ¿acaso sabe que el barco está en la isla y quiere saber cómo llegar a ella?
Preguntas y más preguntas. Sobretodo sabiendo que el libro data de 1845. ¿Desde cuándo se conoce la existencia de la isla?
Finalmente, Widmore le cuenta a Desmond la nueva dirección de Penny. El escocés se desplaza hasta allí, y le pide a su ex que responda al teléfono dentro de 8 años, el día de nochebuena, justo el día que están viviendo nuestros protagonistas en el carguero.
Sayid y Desmond son encerrados en la enfermería del barco, donde conocen al hasta entonces desconcertante George Mikowsky. Y digo "hasta entonces desconcertante" porque después de conocerlo no es desconcertante, sino lo siguiente. El jefe de comunicaciones sufre del mismo mal que Desmond, por intentar acercarse a la isla. Con su ayuda, y con el misterioso infiltrado de Ben que les abre la puerta de la enfermería, consiguen llegar a la sala de comunicaciones. Allí, Mikowsky acaba muriendo debido al exceso de los viajes temporales; pero también consiguen hacer la llamada que Desmond le prometió a Penelope 8 años antes.
No hay palabras para describir ese momento: emotivo, emocionante, increible, y me quedo corto. Si no se te pone la piel de gallina, si no se te escapa una lagrimilla o si no se te acelera el corazón viendo esta escena es que eres una estátua de piedra sin sentimientos.
El capítulo acaba con una imagen de Daniel hojeando su diario, en el que vemos escrito "Si algo sale mal, Desmond Hume es mi constante".
Soberbio.
lunes, 17 de marzo de 2008
[Series] Crítica de Lost, T4E5: "The constant"
9'5