martes, 5 de agosto de 2008

[Pelis] Crítica de La Momia: La tumba del Emperador Dragón


Siete años después, nos llega la tercera entrega de La Momia. Ya hemos visto la cinta de Rob Cohen y esto es lo que nos ha parecido.




Ficha téncnica:

Dirección: Rob Cohen
País: EEUU
Año: 2008
Género: Aventuras
Guión: Alfred Gough, Miles Millar
Reparto: Brendan Fraser, Jet Li, Maria Bello, Luke Ford, John Hannah, Isabella Leong
Música: Randy Edelman
Fotografía: Simon Duggan
Estreno en España: 01-08-2008

La Momia fue un soplo de aire fresco para el género de aventuras, y trajo la magia que Indiana Jones parecía haberse llevado consigo tras La última cruzada. El regreso de la Momia trajo consigo los elementos típicos de una secuela: más acción, una historia más ambiciosa, y más efectos especiales. A pesar de ello, la segunda parte consiguió conservar la magia de la primera, quizás debido a que todos los actores principales repitieron su papel.
Ahora, siete años después, nos llega La Momia: La tumba del Emperador Dragón. Es una secuela un tanto tardía, y eso se nota por todas partes. No repite casi ningún actor de las películas originales (solo Fraser y Hannah), el director es otro, al igual que el equipo de guionistas y, además, se ha cambiado por completo el escenario en el que transcurre la cinta.
Todos estos cambios no tendrían que ser del todo malos, pero - lamentablemente, y en este caso - lo son.
Comencemos por la ausencia de Stephen Sommers, guionista y director de las dos primeras entregas. Sommers supo dar con la espectacularidad y el ritmo adecuado para transportarnos de una forma totalmente convincente a un mundo donde las momias pueden resucitar. El guión estaba cargado de diferentes matices que convirtieron a La Momia y su secuela en un cocktail de emociones, donde el bueno comienza siendo malo y el malo se convierte en tal por el más puro de los amores.
En la cinta dirigida por Rob Cohen y guionizada por el dúo culpable de Smallville (Alfred Gough y Miles Millar) no hay nada de eso. La tumba del Emperador Dragón es un conjunto de excesos no muy bien resueltos. Mezclar dragones, yetties, seres inmortales, brujos y ejércitos zombis es demasiado, incluso para la saga La Momia.
Hay que decir que el diseño de todas estas criaturas es sobresaliente, aunque su realización no es para nada buena. Los efectos especiales son menos vistosos que los de El regreso de la Momia, y eso que ya ha pasado bastante tiempo. Además, los yetties en concreto pierden toda su credibilidad cuando los vemos hacer gestos "demasiado humanos", lo que resta toda la seriedad que esta clase de películas pueda tener y hacernos sentir que estamos viendo una película para niños.
Y es que Rob Cohen ha confundido la calificación "Apta para todos los públicos" con "Esta película es para niños". Esto se nota en muchas gracias o bromas que, en su mayoría, no hacen reír a nadie, o en los exagerados gestos que Rick O'Connell pone en muchos momentos de la película durante la primera mitad del metraje. Caso aparte es el de Jonathan, el hermano de Evelyn, que ha visto como su personaje se destrozaba por esta tendencia "infantilizadora" del guión.
El resto de personajes están bastante correctos, aunque se echa en falta un mayor protagonismo de la esposa de Rick (quizás sea por el cambio de actriz) y un mayor carisma en los personajes secundarios. En las tres películas de La Momia ha aparecido siempre un piloto loco y, de los tres, el que aparece en esta es el más soso y simple de todos.
Siendo esta la tercera entrega, y contando con un villano diferente, es inevitable comparar a Imhotep con el Emperador Han. En tres palabras: no hay color. Admito que me mostraba optimista con la elección de Jet Li para interpretar al malo de la película (papeles en los que este actor suele hacerlo de miedo, no hay más que ver Arma Letal 4). Pero todos los que esperasen ver peleas con una momia que se defendiese a golpe de kárate ya pueden esperar sentados porque, salvo en la secuencia inicial, lo único que verán de Li es como anda dos pasos para transformarse en un dragón de tres cabezas o en una especie de jabalí, y poco más. Una auténtica pena, porque el villano podría haber dado mucho, muchísimo más de sí. Al final se les ha quedado un villano soso, sin el carisma ni la humanidad que Arnold Vosloo supo darle a su Imhotep (especialmente en su última escena de El regreso de la Momia, sublime).
Para terminar está el cambio de escenario, de Egipto a China. Hay que decir que no está nada mal, pues la nueva ubicación le da un toque de exotismo y trae algo de aire fresco a los desérticos escenarios de las dos primeras entregas. La única pega
es que... ¡¡En China no hay momias!! Pero bueno, en una película de estas características, eso no es algo que se haya de tener muy en cuenta.
En definitiva, a pesar de esta dura crítica, La tumba del Emperador Dragón no es una mala película. Tiene escenas de acción realmente emocionantes, como el descubrimiento de la tumba, o el tiroteo en las cumbres heladas, pero que no llegan a la calidad de la idea que Sommers llevó tan brillantemente a la gran pantalla.
Si nos abstenemos a comparar esta película con las dos anteriores, descubriremos una cinta bastante entretenida, con buenas escenas de acción y grandes dosis de fantasía.
Si sois fans de La Momia, debéis darle una oportunidad, pero no esperéis ver la magia que hizo que los O'Connel se convirtiesen en la mejor alternativa a Indiana Jones (salvando las distancias, claro), porque no la encontrareis.






Recuerda que puedes mandarnos tu propia crítica sobre esta u otra película o serie escribiendo en el foro o mandándonos un email a buzon@pelisyseries.com. ¡Publicaremos tus críticas en el blog!