sábado, 27 de octubre de 2007

[Series] Crítica de Prison Break, T3E4: "Good fences"


Aquí os traemos nuestra crítica dek cuarto capítulo de esta temporada de Prison Break. "Good fences" supone un antes y un después en la serie. ¿Quieres leerla?






Sara ha muerto. Eso es lo más remarcable de este "Good fences". Como ya os dijimos, a pesar de que muchos no criticaron por publicar la noticia sin una fuente oficial que la apoyara, Sarah Wayne Callies ha abandonado la serie de la forma más poco original posible: muriendo. Aunque lo cierto es que no había ninguna otra forma posible para que un personaje tan importante en las aventuras de Michael y Lincoln desapareciera.
Burrows, en una referencia ala obra maestra Seven, encuentra la cabeza de Sara en una caja de cartón. Pero, por la cuenta que le trae a él y a su hijo, Lincoln decide no contarle nada a su hermano para que no tire la toalla y saque a Whistler de Sona.
Sucre sigue decidido a abandonar a Michael a su suerte, después de todo lo que ha hecho por él, y planea coger un bus para empezar de nuevo su vida. Cuando descubre lo de Sara, Sucre cambia de opinión y decide ayudar a los hermanos en su misión. Finalmente, Sucre se convierte en el nuevo sepulturero de la prisión quien, con el producto químico que se le echa a los muertos para que no huelan mientras se pudren, ha comenzado a destruir la valla de Sona poco a poco. Aunque me hubiera gustado más ver a Sucre como un prisionero y recordar viejos y buenos momentos en Fox River, al menos seguiremos viendo a este personaje que tanto nos gustó en las dos primeras temporadas y que tan malas vibraciones no estaba dando en estos primeros capítulos de la tercera.
Además, Sofia - la novia de Whistler, parece decidida a unirse al equipo y ayudar a Scofield y al australiano a escapar de la carcel uniendo fuerzas con Lincoln. ¿Soy yo el único que piensa que estos dos acabarán liados?
Dentro de la prisión, T-Bag comienza a desplegar sus enfermizas habilidades y se quita de en medio al camello que abastece a los yonkis con la única intención de tener controlado a Mahone, quien no está en sus mejores dias. T-Bag sabe que el ex agente federal es, o será, un nexo de conexión con Michael y su plan de huida, pero en las actuales condiciones de Mahone es un personaje de poca utilidad. Si Mahone vuelve a ser el que era, entre los dos pueden hacer la presión suficiente para que Scofield les admita en su equipo.
Por otro lado, Michael se las está apañando para ir dejando por la periferia de Sona ciertos elementos que irá necesitando en su plan - aún sin concretar - de escape. Lo único que echo en falta como espectador es que no sé muy bien lo que se le pasa por la cabeza a Michael ni porqué hace ciertas cosas que hace, algo que sí ocurría en la primera temporada. De hecho, saber qué era lo que quería hacer y ver cómo todo se iba fastidiando para tener así que improvisar sobre la marcha era lo que hizo de la primera parte de la serie una experiencia mágica e intensa.
Aún así, Prison Break se está reinventando en esta tercera temporada, aunque estos primeros capítulos parecen más una transición hacia la estabilidad e intensidad argumental que vimos en las dos primeras temporadas. Ojalá sepamos pronto el plan de Michael con claridad y comencemos a sudar y a tirarnos de los pelos por ver si lo consigue llevar a cabo o no. Aunque, conociendo a Michael, todo acabará saliendo como él espera... ¿Verdad?

7


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