viernes, 7 de diciembre de 2007

[Pelis] El cine en 3D


Muchos han sido los comentarios y noticias que he leido sobre las cada vez más abundantes salas equipadas con tecnología para reproducir películas en 3D en los Estados Unidos. Pero lo cierto es que en Europa, y más concretamente en España, ese es un bien escaso y - por qué no decirlo - un tanto caro.
Muchos habrán visto cortos de animación en parques de atracciones temáticos y se habrán sosprendido por el dinamismo de esos dibujos que parecen salirse de la pantalla y dirigirse hacia nosotros. Pero, ¿es eso viable en una película de dos horas como puede ser Beowulf?
Bueno, a juzgar por la experiencia que viví en el cine con la última obra de Zemeckis, la respuesta es sí. El problema radica en que sólo las películas más espectaculares o aquellas que estén generadas por ordenador (donde la cámara puede moverse con total libertad) aprovecharán de verdad esta nueva posibilidad que apenas ha comenzado a investigarse en profundidad.
Aún así, las salas en 3D tienen tres problemas fundamentales. El primero de ellos es el engorro de tener que colocarse unas gafas que - de momento - son de lo más aparatoso. Y el segundo es que, debido a la tecnología que estas gafas emplean, la película se ve más oscura, con menos luz, que la cinta en el formato más tradicional. El tercero de ellos es el ya citado coste para el espectador, pues cada entrada ve aumentado su precio cerca de tres euros.
Así que hay que plantearse si queremos más espectacularidad y una experiencia innovadora - con las incomodidades que ello acarrea -, o ver las películas de la forma que lo hemos hecho toda la vida y pagando un poco menos.
Para gustos los colores... y las salas de cine.
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