Se acabó lo que se daba. Debido a la huelga de guionistas, Prison Break se despide hasta comienzos del próximo año. Así que aquí os dejamos nuestra crítica del último capítulo de Prison Break de 2007.
Comienza una nueva etapa en Sona. Scofield ha visto frustrados sus planes de huida de la cárcel y se ha visto obligado a contar con el Lechero para escapar de allí. Afortunadamente, eso tiene sus cosas buenas. Ahora Michael tiene pleno acceso a diferentes privilegios como el teléfono móvil o a una ruta de escape alternativa. Esto último es esencial, ya que los guardias ha reforzado la seguridad y puesto barrotes nuevos y más resistentes en todas las ventanas. Lo único malo de la nueva ruta de escape es que es un viejo tunel medio hundido, y cualquier perforación indebida provocaría que los convictos quedasen sepultados bajo un alud de rocas y cemento.
Por otro lado, Michael recibe la visita de su hermano Lincoln, quien vio tres bolsas para cadáveres cuando los de la Compañía escaparon del inteto de rescate de Burrows y Sucre. Al parecer, cuando Michael les entregase a Whistler, el brazo ejecutor de los malos iba a deshacerse de ellos. Y luego se sorprenden de que Burrows y Scofield quieran jugársela para asegurar su propia segurida...
Por otro lado, el mandamás de la Compañía se reune en un hotel con Susan B. Ya que la mujer no ha conseguido que Michael sacase a Whistler con vida de Sona, van a pasar a medidas más drásticas, entrar en Sona por la fuerza y rescatar a Whistler con un helicóptero.
Cuando Michael descubre las intenciones del australiano y ve que está escalando por la escalera del helicóptero, Scofield consigue engancharse del hombre y provocar que ambos caigan al suelo y pierdan su oportunidad de escapar. Esto provoca el cabreo de Whistler, de la Compañía y - como no - del jefe militar fuera de los muros de la prisión.
Los guardias y el ejército entran en Sona y culpan a Scofield de los últimos intentos de fuga y admiten que quizás ese no sea un sitio para él, por lo que van a trasladarlo a otra cárcel. Y así acaba la tanda de capítulos de Prison Break por este año. Todo parece haberse ido al garete. Lincoln no podrá intercambiar a Whistler por LJ, y Sofia no podrá recuperar a su amor. ¿Qué inesperado giro se les habrá ocurrido a los guionistas para solucionar este entuerto?
La respuesta la sabremos en 2008.
domingo, 2 de diciembre de 2007
[Series] Crítica de Prison Break, T3E8: "Bang & burn"
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Publicado por Pjehmaster en 15:55
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